24 de noviembre de 2014

El equipo como "ruta": referencias a tener en cuenta





La clave:
La clave en la construcción de un proceso de trabajo en equipo es establecer un “escenario” de colaboración:
En el que las personas se impliquen con una serie de objetivos compartidos, un esquema de trabajo pactado, unas formas de trabajar y comunicarse, unos valores, etc.; definidos a partir del encuentro con otras personas.
En el que las personas que lo forman “aprendan” a gestionar, colaborativamente, las diversas situaciones que pueden aparecer en el equipo.
El objetivo:
Por tanto, será conjugar con  efectividad, participación y satisfacción, los esfuerzos y capacidades de todas las personas del equipo.


 La perspectiva:
La dinamización, coordinación o dirección de un proceso de trabajo en equipo opera en dos planos superpuestos:
 

La tarea. 
La relación grupal. 

Estos dos planos de actuación tienen requerimientos específicos según los diferentes “momentos” que está viviendo el equipo.
Cabe describir diferenciar entre:

Recomendaciones aplicables al momento de la formación del equipo...
Recomendaciones aplicables al mantenimiento del equipo...


Recomendaciones aplicables al momento de la formación del equipo.
·          Debatir o contrastar (si ya existe una propuesta base), y asentar bases de consenso acerca del “por qué” (la razón de ser) y el  “para qué” (objetivos) del equipo. La meta aquí es poner en común las visiones más personales y construir, en la medida de lo posible, una visión compartida; que facilitará la cohesión y el trabajo coordinado.
·          Debatir o contrastar (si ya existe una propuesta base), y acordar la organización del trabajo: este contraste contribuirá a implicar a las personas que forman el equipo en la realización de las tareas. Es importante que la organización del trabajo se haga buscando relaciones de interdependencia; lo que exige, por tanto, cuidar la forma en que el equipo se coordina y comparte una visión general de su actividad.
A este respecto, será importante, también, que cada quién asuma responsabilidades para las que esté preparado, y que el equipo, o la organización en la que este se inserta, se preocupe por aportarle la formación y recursos que requiere.
·          Programar “momentos” periódicos de “interacción” grupal que favorezcan la integración y la cohesión.  Por un lado, es necesario favorecer un seguimiento conjunto del trabajo realizado, y la evaluación colectiva de resultados. Por otro, es necesario promover la comunicación interpersonal, la empatía, la gestión más constructiva posible de las emociones, de los problemas, etc.; tanto en las reuniones de trabajo como en encuentros de tipo más lúdico.


Recomendaciones aplicables al mantenimiento del equipo.
·          Adaptar el estilo de dirección al “momento” que esta viviendo el grupo, sin dejar de “trabajar” la horizontalidad; el desarrollo de sus habilidades para asumir responsabilidades como equipo. No hacer esto lastrará la evolución del grupo.
·          En este sentido, abrir contrastes periódicos en relación a los objetivos, a la forma en que se realiza el trabajo, a los resultados obtenidos, a la vivencia del proceso grupal, etc. (cuidando de no caer en la “reunionitis”).
·          Se trata, en todo caso, de actualizar periódicamente lo que definíamos en páginas anteriores como “pacto grupal”.
·          La “evaluación” en grupo es, por tanto, una estrategia clave: por un lado, contribuye a la empatía entre las personas que lo conforman; de otro, a integrar su diversidad en la búsqueda de mejores resultados; y, por último, a que entiendan mejor como “funcionan” los procesos grupales.
·          Reconocer el trabajo y los resultados del equipo, así como los esfuerzos que realiza cada una de las personas que lo forman.
·          Identificar, a tiempo, los conflictos que se producen en el grupo, y atender a su resolución más constructiva: ya que constituyen una oportunidad para “trabajar” la “madurez” del equipo.
·          Trabajar la toma de decisiones dedicando tiempo al intercambio de perspectivas y al establecimiento de consensos básicos: esto favorece en gran medida la cohesión, y refuerza la realización efectiva de las cuestiones decididas. Algo que, en todo caso, deberá garantizar la interdependencia y el sistema de coordinación aplicado al equipo.


5 de noviembre de 2014

Análisis de una idea de negocio

Cuando tenemos en mente emprender, llevar adelante una idea de negocio, es importante tener en cuenta la viabilidad de la idea en si misma, y hay que configurar un análisis en torno a ella, esto es: 

* Diseñar y evaluar la propia idea de negocio,
* Estudio del entorno y los clientes potenciales, 
* Toma de decisiones en función de la pre-viabilidad.

Cualquier plan de negocio, debe tomar como punto de referencia, de partida, la descripción de la idea de negocio, ya que en ella se apoyan todas las decisiones que se tomen, para hacer de ellas una oportunidad de negocio.

Tener una buena idea de negocio es una condición necesaria, pero en ningún caso suficiente para llevar a cabo un proyecto con éxito ya que las actuaciones estratégicas son fundamentales y complementarias en este camino hacia el éxito; en la fase de la implementación es donde, realmente, cualquier idea, por brillante que sea, se la juega; la historia y la actualidad, están llenas de ideas que sobre el papel son maravillosas pero que, por errores o imprecisiones en la actitud y actuación de los socios, pueden llevar al traste y ahondar en la complacencia de creerse la incapacidad propia para la actitud empresarial.

Trabajamos mucho con las personas que no tienen una idea clara de negocio, ni de su actuación profesional de cara a futuro, puesto que realmente las mejores y más útiles ideas de negocio se encuentran en la observación propia de la realidad bien por necesidades no cubiertas, o bien, por la comprensión de actitudes que permitan satisfacer o superar las expectativas de los usuarios.

Si tienes una idea interesante, es saludable contrastarla antes de llevarla a cabo (el método Lean Start Up) para equivocarte rápido y barato; además te ayuda a la adopción de una mentalidad de cliente, y así valorar el diseño, adecuarlo a la mente de nuestro cliente potencial.

Una de las fases más interesantes a nivel personal es precisamente ésta, la de validación y contraste ya que para ello la persona debe usar diferentes vías de información, pasando de las asociaciones empresariales a aprovechar cambios en la legislación vigente, ideas de otros mercados que no están actualmente en nuestro país, y contactar con gente creativa, todos aquellos que tienen una visión e inquietudes lejos de toda duda, diferente para conseguir objetivos distintos.

Banco MorgueFile
Si tenemos una idea de negocio que creemos puede convertirse en una oportunidad de negocio, hay que llevar a cabo una serie de pasos previos para intentar conseguir en la medida de lo posible, los beneficios en su adopción: 

- Recopilar la información útil y relevante para el tipo de negocio en el que nos centramos.
- Concretar las necesidades descubiertas que va a satisfacer nuestra empresa.
- Analizar si es susceptible de implantación.
- Buscar defectos y dificultades que puedan surgir a la hora de su aplicación.

Recuerda que emprender, no debe ser una burbuja para que sólo ganen dinero los que están a tu alrededor: si vas a emprender, lo que vas a hacer es ser empresario, inicialmente con unas limitaciones o un tamaño menor que tu competencia, pero no por ello menos válido; prepárate bien, lánzate al mundo para demostrar y seguir evidenciando que el tamaño no importa, sólo estamos pendientes de la calidad!


Sandra Negreira
Factoría Colaborando